Señor, recuérdame lo breve que será mi tiempo sobre la tierra. Recuérdame que mis días están contados, ¡y cuán fugaz es mi vida! Salmos 39:4 NTV
Esta pareciera una oración fría. A la mayoría de las personas no les gusta pensar en el momento en el que morirán, aunque hay algunos que dicen que hay que vivir cada día como si fuera el último.
Sin embargo, no creo que el rey David (el escritor de este salmo) se refiera a este tipo de pensamientos. Creo que el punto de la oración es perspectiva.
Cuando dejamos que el día a día de nuestras vidas se convierta en el filtro con el que vemos el mundo, entonces será inevitable que las circunstancias nos afecten más, que los problemas parezcan mas grandes, o que las temporadas difíciles parezcan nunca terminar.
Al ser hijo o hija de Dios, recordar a diario que mi vida en esta tierra es sólo una pequeña etapa de la eternidad y que Dios oye mis oraciones desde esa eternidad, debe traer una perspectiva distinta.
Mis problemas o dolores de a diario se vuelven sumamente pequeños cuando pienso que cada final en esta tierra es solo una ilusión, y que hay mucho mas que esperar después de esta vida fugaz.
¿Crees tú qué hay una perspectiva eterna de tu vida?