¡Pero cuidado! Asegúrate de nunca olvidar lo que viste con tus propios ojos. ¡No dejes que esas experiencias se te borren de la mente mientras vivas! Y asegúrate de trasmitirlas a tus hijos y a tus nietos. Deuteronomio 4:9 (NTV)
Uno de los enemigos mas grandes de la fe es la mala memoria. Olvidamos fácilmente todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Tendemos a ignorar por trivialidades todas las bendiciones que recibimos a diario por parte de Dios.
Esto no solo nos lleva a la falta de agradecimiento, sino que también nos empuja a creernos la mentira de que no somos importantes para Dios.
Es cuestión de hacer una pausa y observar al rededor. ¿Cuantas cosas buenas que tenemos no podrían haber venido sino es a través de la mano de Dios?
Olvidar es muy fácil, por eso es necesario obligarnos a recordar. A veces todo lo que necesitamos es ver hacia atrás para recobrar animo para lo que viene al frente.