A veces es más fácil adoptar una debilidad, que esforzarse y vencerla.
A veces es más fácil que las cosas “aceptables” se queden como están, en vez tomar el riesgo de mejorarlas.
La mayoría de veces resulta más cómodo convencernos que las cosas no pueden mejorar, en vez de poner a prueba la teoría.
Hay una decisión que todos debemos tomar, todos los días: O defiendo el status quo, o conspiro en su contra.
La primera es cómoda. La segunda implica esfuerzo y sacrificio. La primera no hace ninguna diferencia. La segunda escribe la historia, genera progreso, atrae influencia y descubre propósitos.
Cualquiera que sea tu propósito, te aseguro que no es defender el status quo.
Aquí vale la pena hacer una pausa y pensar: ¿Qué mentiras me he creído sólo porque es mas cómodo aceptarlas? ¿Qué cosas debería estar haciendo ya, pero no estoy en ellas por los riesgos que implican?
La comodidad es agradable, pero no debe ser el objetivo.