Dios decidió que fuésemos creados a imagen y semejanza de Él. Lo cual implica tantas cosas, entre las cuáles poder ser un reflejo de Su Esencia, ciertas características para que cuando otros seres nos vieran, convivieran con nosotros pudieran decir que en efecto somos Hijos de Dios!
Clave el orden, que Él nos creó a su imagen y semejanza y cuántas veces tratamos de invertir y adaptar a Dios a nuestra imagen y semejanza (egoísta, idolatra, visión de corto plazo, etc).
Arrepintámonos y vivamos una vida digna de ser llamados Hijos de Dios, que reflejen su imagen y semejanza!