El Señor vio que era demasiada la maldad del hombre en la tierra y que éste siempre estaba pensando en hacer lo malo, y le pesó haber hecho al hombre. Con mucho dolor dijo: «Voy a borrar de la tierra al hombre que he creado, y también a todos los animales domésticos, y a los que se arrastran, y a las aves. ¡Me pesa haberlos hecho!» Sin embargo, el Señor miraba a Noé con buenos ojos.
Si pudiéramos resumir en una palabra la misión que Jesús nos dio a los cristianos aquí en la tierra es contraste. Cuando Jesús explicaba que debemos ser luz, lo que está diciendo es que debemos ser lo opuesto a la obscuridad. En otras palabras, debemos contrastar con nuestro entorno.
En el versículo de arriba me encanta el contraste que existe en la narrativa. Inicia hablado de todo lo malo que hay acerca de la humanidad. De todo el dolor que le ocasionó a Dios haber creado al hombre. Sin embargo, hubo un hombre que llamaba la atención de Dios por todas las causas opuestas: Noe.
Al leer las primeras líneas de estos versículos podríamos estar leyendo acerca de nuestro mundo en la actualidad. La maldad del hombre en la tierra ha llegado a puntos vergonzosos.  Seguro, como lo fue entonces, hoy en día la humanidad también le ocasiona mucho dolor a Dios.
¿Cuál debería ser nuestra posición como cristianos e hijos de Dios? Como Noé, debemos ser el  contraste. No podemos seguir ocultándonos y tratando de no estorbar. Al contrario, estorbemos. Estorbemos los planes del enemigo. Estorbemos al pecado. Contrastemos con una cultura que cada vez mas se deleita en las cosas que nos matan.
Mi oración hoy es que aunque este mundo le duela a Dios, que tu puedas ser una luz en medio de esa obscuridad, y así como a Noé, que Dios también te vea con buenos ojos.
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