El orgullo lleva a la deshonra, pero con la humildad viene la sabiduría. Proverbios 11:2 (NTV)
El problema con el orgullo es que es sutil, puede ser justificable, y en muchas ocasiones, es nuestro modo automático de operación como seres humanos.
Este proverbio advierte acerca de la paradoja del orgullo: aquel que sea orgulloso terminará obteniendo exactamente lo contrario de lo que busca.
La Biblia habla constantemente en contra del orgullo porque vestido de muchas maneras, este termina siendo una de las principales razones por la que nos alejamos de Dios.
El tema es que tanto el orgullo como la humildad son estados del corazón. No podemos ser orgullosos afuera sin que esto impacte adentro, y no podemos evitar que al ser humildes adentro, esto se muestre hacia afuera.
¿Entonces cuál es el primer paso para dejar el orgullo? Reconocerse orgulloso.
Aquel orgulloso que se crea humilde terminará en deshonra. Sin embargo, reconocernos orgullosos es un primer paso de humildad que nos dará la sabiduría que necesitamos para el resto de camino.