Hoy por la mañana me compartieron esta valla que pusieron en la Roosevelt:
Y sólo oí las trompetas de guerra! Debemos cerrar filas, afilando nuestro conocimiento en la Palabra de Dios para defendernos, y no se quedarnos paralizados! Sino que ser esa luz del mundo que es puesta sobre la mesa y que esa gracia inmerecida, ese amor incondicional, esa paz que sobrepasa todo entendimiento, esa única verdad absoluta y contundente llene los corazones de todos! La guerra empieza en la mañana en llenarnos TODOS los días del fruto del Espíritu Santo y luego salir a la guerra. Dios me recordaba, que como los israelitas en tiempos de Josué, debemos ir a Gilgal (tierra rodeada de piedras, las 12 piedras que representan el fruto del Espíritu – Galatas 5:22 y Efesios 5:9) para que luego en entregue a nuestros enemigos a nosotros!
“Porque mayor es el que está en nosotros, que el que está en el mundo”
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